Monday, February 20, 2006

TRABAJO EN EQUIPO, ¿discurso o realidad?

Mi primo Guillermo, a quien entre paréntesis admiro porque su actual éxito profesional es fruto y resultado de su perseverancia a toda prueba, autoinventandose laboralmente a partir de las oportunidades que le ha brindado la vida, es uno de los lectores más frecuentes de estos post y, cuando me los comenta, aprovecha de enviarme las nuevas ediciones de “Panorama Energético”, publicación interna de ENAP (donde trabaja, en Punta Arenas).

Esta publicación, como no tiene mucho que ver con mi línea actual de desarrollo profesional, la valoro precisamente por eso, ya que me ayuda a eliminar las telarañas intelectuales que se van acumulando cuando uno se comienza a monotematizar (o lo que de manera más elegante, se denomina “especializarse”).

En la edición de enero de este año, en la sección “Actualidad” de dicha publicación digital hay una nota que señala que el “Comité de Innovación recibió nuevas propuestas”, y se nombran las 11 propuestas (de un total de 143 ideas) que se premiaron con recursos para su puesta en marcha o ejecución. Estas ideas son, en el mismo orden que las presenta el artículo: (1) Espacio Sagrado; (2) Cómo aplicar la inteligencia emocional en la vida personal y laboral; (3) Alfabetización Emocional; (4) Efecto Mariposa; (5) Programa de Apoyo a Mujeres Profesionales; (6) Motivar el Emprendimiento y la Motivación; (7) Proyecto filtro de arcilla para olefinas; (8) Proyecto Demulsificadora; (9) Proyecto Producción y Distribución de Hidrógeno; (10) Proyecto blending de gasolinas; y (11) Proyecto Energía Solar.

Cuando leí por primera vez este listado, de manera automática el espejo retrovisor de la vida me llevó a mi estadía en la División Salvador de CODELCO, específicamente por allá por el año 1984, cuando tuve la oportunidad de participar en la instalación de los “Círculos de Calidad” en ese centro laboral.

Desconozco si la modalidad de este Comité de Innovación de ENAP está en el mismo camino o transita por una modalidad distinta. Pero lo que si es común, es que comparten, en una inmensamente sana cohabitación, los temas de la más alta especialización técnica (la pega, propiamente tal, diría un tecnócrata) con la valoración de la necesidad de preocuparse por las personas que hacen que dicha pega se pueda realizar en los estándares que los mercados, cada vez más competitivos, exigen.

Porque seguramente este es el punto en común que pueden tener el Proyecto de la Planta Demulsificadora (no tengo idea de qué se trata), con la Alfabetización Emocional (Por cierto que ya el nombre me parece muy sugerente, pero por sobre todo, desafiante).

El combinar ideas de lo que se suele llamar tecnología dura, con iniciativas propias de las tecnologías blandas, demandan de equipos afiatados, de organizaciones consolidadas y respetadas en sus distintos niveles, porque implican extremar las motivaciones para pensar … y los jefes siempre pueden dar las órdenes de trabajar, pero nunca pueden dar (con efectividad) la orden de pensar, que implica un acto de motivación intrínseca. ¿O me equivoco?. Acá está una de las diferencias esenciales entre ser robot o ser persona y entre ser jefe o ser líder.

Desconozco si alguna vez sabré cual fue el resultado de estas 11 iniciativas de innovación de ENAP, pero si es claro, de sólo leer la versatilidad del listado de ideas, que reflejan un camino de integración y participación que seguramente explican en parte importante el porqué esta empresa es tan exitosa.

Cuando se produce, o se provoca, esta dualidad de intereses (personas y productividad) el trabajo en equipo es consustancial a la dinámica de la respectiva organización. No hay otra manera. En estos casos, lo más frecuente es encontrarse ante este tipo de realidades en vez de escucharlo en discursos cuya veracidad es tan efímera como la duración de tales discursos.

Por el contrario, cuando el foco está en el trabajo en equipo, cuando el foco está en la búsqueda de las sinergias propias de la interactividad entre distintas personas, los discursos se bajan de los podios circunstanciales y se instalan en los diálogos reales de quienes son los actores de esta manera de vivir el trabajo de alta calidad.

Cuando esto no ocurre, cuando los avances organizacionales son solo el producto de voluntarismos unipersonales, sin la búsqueda de la adhesión emocional de todos quienes participan de un determinado objetivo, siempre se puede terminar con un nuevo “Hotel Ryugyong”, que con sus 102 pisos se comenzó a construir en Corea del Norte en 1997 y cuya construcción se abandonó en 1992, permaneciendo desde esa fecha como un enorme monumento a la ineficiencia laboral dado que es inútil tratar de terminar su construcción pues, el hormigón ocupado en toda su construcción inicial, no cumple con los márgenes de seguridad. Al ver este edificio, se puede apreciar que, incluso como bandera a la incompetencia, en su cima está una grúa que seguramente se mueve con el viento, mientras sus fierros se carcomen hasta caer algún día sin destino fijo.

En Chile tenemos varios ejemplos análogos, pero por cierto mucho más pequeños como para ser noticia mundial. El hospital que se quiso construir en Avenida Ochagavía (Santiago) es tal vez nuestro mejor exponente. Pero nunca al nivel del Hotel Ryugyong que, según se indica en el blog del que saqué la información, aún es el 10º edificio más alto del alto. Tan alto como inútil. Notable.

Mejor aceptemos que cada persona tiene un potencial de contribución a los objetivos organizacionales que nos pueden evitar bochornos de este tipo. De ahí que es mucho mejor trabajar en equipo que discursear sobre este tema.