Sunday, April 23, 2006

SERVICIO CIVIL. Punto de quiebre. parte 3

Por primera vez, desde que inicié este ejercicio de dejar por escrito, en un blog, reflexiones acerca de temas que me importan, he sentido el poder de este medio comunicacional. En efecto, mis dos post anteriores referidos a un emergente talón de Aquiles que está apareciendo en torno al Servicio Civil, han motivado a algunos destacados amigos/as y líderes organizacionales a escribirme a mi mail, o a llamarme por teléfono, para darme su opinión que, en todos los casos, hasta ahora, han sido coincidentes con la mía.

A todos/as les dejo mi agradecimiento por la paciencia de leerme, pese a que el tiempo es un recurso tan difícil de gestionar. Pero más que alegrarme porque me lean, me reconforta el apreciar que es mucha la gente, tanto del mundo público como del ámbito privado, que tiene cifradas esperanzas en la transparencia técnica que debe provocar, en su ser y hacer, la Dirección Nacional del Servicio Civil. Y esto si que es importante. Esto sí que le otorga sentido al darle tiempo al asunto y perseverar en él.

Lo relevante del punto es que la forma con que nombran a las autoridades técnicas de la Administración Pública, es una materia que ha cruzado desde siempre la percepción de baja calidad laboral y de poca, o incluso nula, transparencia en muchas decisiones de las entidades de la administración gubernamental. Con la experiencia que me pueden dar mis años en instituciones públicas, pienso que se comete una enorme injusticia al no valorizar el rol y el aporte de los funcionarios públicos. En alguna ocasión escribiré sobre esto.

Pero no quiero perder el foco.

Me parece esencial avanzar en “blindar” la sinceridad técnica del quehacer del Servicio Civil, para que se consolide en su rol que debería llevar a que los liderazgos de las organizaciones públicas dejen de nacer cuestionados en sus competencias, por su génesis de surgir desde estructuras políticas, sin sustento en la trayectoria laboral previa de tales autoridades.

Caso contrario, solo se estaría legitimando (a un alto costo) una pseudo transparencia cuando, en definitiva los elegidos ya estaban predefinidos antes de iniciar la inversión en un reclutamiento y selección, con candidato conocido.

Es muy distinto, radicalmente diferente, pronunciarse acerca de una terna nacida de un concurso donde todos partieron en igualdad de condiciones, que elegir de un trío o un quinteto, donde hay un candidato “protegido”, recordando el lenguaje de los reality, desde antes del primer paso.

Hoy domingo, cuando escribo este post, leí en el diario La Tercera, un reportaje alusivo a la designación de las principales autoridades de las empresas públicas. El tema es exactamente el mismo que he estado abordando, y la postura que ha adoptado don Sergio Bitrán, Ministro de Obras Públicas, me parece tan notable como digna de imitarse. Les trascribo el párrafo que me parece clave en dicho reportaje:

“A la reunión inicial a la que asistieron los 9 profesionales, Rojas (alude a Patricio Rojas, Presidente del Sistema de Empresas Públicas –SEP-) llegó con un listado de los nombres que pretendía para las distintas empresas públicas. ‘Estos son los nombres que tenemos consensuados con el Ministerio del Interior’, les dijo Rojas, … Cuando el Presidente del SEP mostró su lista, Bitrán, Marcel, Juárez, Arenas y González, pidieron ver los currículums y el ministro de Obras Públicas fue tajante. ‘Entiendo que los nombres de los directores de las empresas públicas son escogidos por el consejo, si esto no es así y vienen designados desde más arriba, no tengo nada más que hacer acá’ “. (página 60)

Si extrapolamos esta afirmación de “no tener nada que hacer” al destinar tiempo a una elección en que ya está todo preacordado en otras instancias, al rol que pueda tener el Servicio Civil cuando ya ha sido nominada la nueva autoridad, la situación es la misma.

Coincidentemente, el viernes pasado me llamó un ex profesor del Magíster, y me comentaba, a propósito de mi escrito en el blog, que el tema era aplicable a las empresas del Estado. Me señalaba el caso de la Polla Chilena que, pese a tener un Gerente de primer nivel, con excelentes resultados, lo estaban cambiando porque el nuevo Presidente del Directorio era de la misma tienda política y no se podía dar esta dualidad. En el reportaje del diario a que he hecho referencia, se menciona algo similar respecto de la ZOFRI y, por las mismas, posiblemente, en Correos.

Cada vez que da lo mismo, ser eficiente que ineficiente, para conservar o perder un puesto laboral, se está premiando al ineficiente y afectando, si no ofendiendo, a la respectiva comunidad laboral, porque resulta imposible caminar tras sueños con sentido de largo plazo, condición esencial si, en serio, algún día esperamos poder vernos clasificados como una nación desarrollada. El cortoplacismo es un tremendo adversario de esta mirada de futuro que, supongo, es anhelada por todos.

Así como para que exista democracia se requiere a lo menos, elección de autoridades por voluntad popular, en periodos conocidos, aceptados y no muy distantes; libertad de expresión, con acceso a la información desde distintas perspectivas; autonomía para reunirse; y capacidad para una integración creciente de la ciudadanía; para que podamos avanzar hacia ser un país desarrollado, socio económicamente hablando, más allá de meras declaraciones discursivas, es esencial preocuparse de que funcionen las instituciones, que haya un claro ordenamiento macroeconómico, una adecuada priorización del gasto fiscal, una corrupción en retirada, desarrollo tecnológico y, ciertamente, un creciente énfasis en el desarrollo del Capital Humano.

Si vemos los criterios del párrafo anterior, sospecho que no hay muchas dudas de que el tema de la transparencia, en la designación técnica de los cargos técnicos, tiene que ver no con uno, sino con varios de tales criterios. Por lo mismo, la necesidad de que el Servicio Civil sea un aporte a la transparencia necesaria para asegurar ambos valores (democracia y desarrollo) en un plazo próximo, es un desafío urgente que, hoy por hoy, está en uno de sus minutos de la verdad.

De eso se trata este asunto. No de un cargo más o de un cargo menos.

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